La Innovación como Factor Diferenciador:

 Según Javier Sastre, consultor especialista en gestión de la innovación y dirección de empresas de Sastre & Asociados ([email protected]):

Cualquier empresa necesita crear productos nuevos para asegurar su futuro manteniendo o aumentando sus volúmenes de ventas. No obstante, menos del 10% de los productos nuevos son realmente innovadores, es decir, aquéllos que crean nuevos mercados o categorías. Además un porcentaje muy elevado de los productos nuevos resultan en fracaso: se habla de un 80% entre los bienes de consumo y de un 40% para los bienes industriales.

Innovar es crear una nueva forma de satisfacer una necesidad aportando más valor a los usuarios. Esa nueva forma de satisfacer la necesidad del usuario se puede basar en el producto, el servicio, los canales de comercialización, los procesos de la empresa o los métodos de organización; es decir, no tiene por qué basarse únicamente en el producto.

Ahora bien, ¿cualquier cambio o novedad se puede considerar innovación? Innovar implica producir novedades que suponen mejoras importantes para los usuarios en un corto espacio de tiempo; esto sería una mejora discontinua. Por lo tanto, si el grado de novedad es amplio, se crea algo nuevo, y sí se trataría de una innovación.

Pero si el grado de novedad es limitado porque modifica algo que ya existe, consiste más bien en perfeccionamiento o especialización, y en ese caso estaríamos hablando de mejora continua o incremental.

En resumen, una innovación debe cumplir las siguientes premisas: crear algo verdaderamente nuevo que proporcione más valor al usuario y que ese valor sea importante para el usuario, y que esa innovación se perciba como un valor añadido válido y exitoso en un corto espacio de tiempo.